La cirugía percutánea, o mínimamente invasiva, conocida habitualmente por sus siglas: CMI, es un método quirúrgico que permite realizar intervenciones a través de incisiones muy pequeñas, sin exposición directa de los planos quirúrgicos, lo que ocasiona un trauma mínimo de los tejidos. Debe realizarse bajo control radiológico.
¿Qué ventajas ofrece frente a la cirugía convencional?
Se trata de una técnica alternativa a la cirugía abierta, que proporciona al paciente un cuidado integral y de calidad,con ventajas tales como:
- Mínima incisión
- Régimen de corta estancia. Se emplea bloqueo regional (pie) y sedación.
- Reducción del dolor postoperatorio
- Disminución de posibles complicaciones, mejorando y acortando el proceso de recuperación postquirúrgica.
- Aumenta el nivel de satisfacción y seguridad del paciente. Permite caminar el mismo día de la CMI, utilizando un zapato especial, con algunas limitaciones que le indicará su médico.
¿En que casos está indicada la CMI?
Esta técnica se suele aplicar a los tratamientos del juanete o hallux valgus leve-moderado, el hallux rigidus, las metatarsalgias, las deformidades en martillo o en garra de los dedos menores del pie, la fascitis plantar, el juanete de sastre, etc.
¿Tengo que ingresar en el hospital para operarme?
No suele ser necesario pernoctar en el hospital, ya que habitualmente la CMI se lleva a cabo como una cirugía ambulatoria. En la mayoría de las intervenciones el paciente es dado de alta a las pocas horas tras la cirugía.
Cuidados los primeros 2-3 días tras la operación.
Durante los dos o tres primeros días debe guardar reposo, en la medida de lo posible, con la pierna elevada por encima de la cadera, para evitar la inflamación, el dolor y el sangrado de su pie recién operado.
En estos primeros días debe evitar permanecer de pie durante periodos prolongados y andar mucho tiempo. Debe andar apoyando todo el pie, y evitando el apoyo solo con el talón.
La medicación prescrita se la tomará de forma pautada, es decir, con independencia de que le duela o no su pie operado, siendo ésta la forma más efectiva para prevenir o tratar el dolor y la inflamación
Es normal y no le debe preocupar:
- Que su vendaje se manche de sangre. Tenga en cuenta que se ha actuado sobre el hueso, que suele sangrar algo. Si el sangrado es excesivo, y además de manchar moja el vendaje, probablemente es porque ha andado más de lo recomendado, y debe guardar más reposo, con el pie elevado y aplicarse frío local.
- Temperatura hasta 37,5 ºC.
- Dolor tolerable con las medidas indicadas
Debe consultar con su médico si:
- Presenta fiebre mayor de 37,5 ºC o escalofríos.
- Sangrado que no cede con las medidas antes indicadas.
- Dolor importante que no cede con el tratamiento que se le ha indicado.
- Palidez o amoratamiento llamativo de alguno de los dedos operados.
- Edema, dolor o enrojecimiento en la región posterior de la pierna.
Debe evitar mojar o manipular el vendaje funcional
Si tiene algún problema con su vendaje debe contactar con su médico. El cambio de vendaje, si fuera necesario, debe de ser realizado por un cirujano experimentado en este tipo de cirugía.
Cuidados en su domicilio a partir del 3º- 4º día
En esta segunda fase el dolor e inflamación inicial ya habrán cedido sustancialmente, y usted deberá aumentar su nivel de actividad de forma progresiva.
Si le han operado de un juanete, movilizará tres o cuatro veces al día de forma pasiva y activa el dedo gordo para evitar su rigidez. Además continuará con los ejercicios que hacía en los primeros días. Podrá andar durante más tiempo, siempre con el calzado postquirúrgico, incrementando su actividad según la vaya tolerando.
Si aparecen dolor e inflamación es probable que haya hecho más actividad de la que podía tolerar, y debe disminuirla, poner el pie en alto y aplicarse frío local. La medicación analgésica/antiinflamatoria se la puede tomar “a demanda” en esta fase, en función de las molestias que tenga, y respetando las pautas horarias que le han indicado.
Revisiones
Primera revisión
Suele realizarse a los 7-10 días de la cirugía con una radiografía de control. Se retira el vendaje funcional y los puntos. Se explica cómo realizar el vendaje que llevará durante las 24 horas a lo largo del mes siguiente, utilizando el zapato indicado.
Revisiones sucesivas
Varían con la cirugía practicada. Lo habitual es que la segunda revisión se haga a las 4-6 semanas de la cirugía, con un nuevo control radiológico. Las siguientes revisiones se van espaciando en función de su evolución, normalmente se revisa a los 2, 4 y 6 meses, hasta darle el alta definitiva.
¿Cuándo podré reincorporarme a mis actividades habituales?
Con el calzado postquirúrgico, a partir de la semana, podrá realizar muchas actividades en casa, cuidando de que el pie no se le inflame demasiado, e incluso volver a conducir. La vuelta al trabajo es variable y puede ser tras la primera revisión o llevar hasta tres meses de recuperación, dependiendo de la actividad de cada persona.
¿Cuándo podré volver a llevar calzado normal?
Su pie operado puede estar hinchado hasta tres o cuatro meses tras la cirugía. Cuando el edema haya cedido y usted tolere su actividad habitual podrá ponerse un calzado normal. Evitará en un principio calzado de horma estrecha, calzado plano y de suela flexible y calzado con excesivo tacón.
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