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La tríada de la mujer deportista

Publicado el 13 febrero 2020 por Instituto Médico Arriaza

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Los beneficios de la actividad física en mujeres y niñas están más que probados. La actividad física regular ayuda a desarrollar y mantener la fortaleza ósea, mantiene a raya el colesterol y disminuye la presión arterial, así como los síntomas de ansiedad y depresión, controla el peso y desarrolla músculo magro. Estos beneficios pueden obtenerse practicando ejercicio de moderado a intenso cinco días a la semana.

La tríada de las atletas

Sin embargo, cuando el ejercicio intenso se combina con  una ingesta de calorías inadecuadas, pueden producirse graves consecuencias para la salud. La tríada de las atletas femeninas está compuesta por una interrelación entre los cambios provocados por el ciclo menstrual, la ingesta inadecuada de calorías y la propensión a la disminución de la densidad ósea. Las atletas pueden verse afectadas por uno o más de los componentes de la Tríada.

Cambios en el ciclo menstrual

Las alteraciones de la función menstrual en las atletas pueden variar más de lo normal entre la oligomenorrea, que se caracteriza por tener menstruaciones poco frecuentes, con intervalos superiores a los 35 días y la amenorrea, que es la ausencia de menstruación durante al menos tres períodos menstruales, así como las niñas que no comenzaron a menstruar a los 15 años.

Los bajos niveles de estrógeno asociados a la amenorrea en las atletas, puede afectar negativamente a su función muscular, los niveles de colesterol y a la función de reproducción.

Ingesta inadecuada de calorías

La malnutrición y la pérdida de peso interfieren significativamente con la función menstrual. Se considera necesario un IMC de al menos 19 kg/m2 para que se produzca la menarquia, y el mantenimiento del ciclo ovulatorio requiere que el tejido adiposo represente al menos el 22% del peso corporal. La privación calórica de cualquier causa (anorexia o bulimia nerviosa, práctica de ejercicio físico intenso, enfermedades malabsortivas u otras enfermedades crónicas) puede dar lugar a una oligomenorrea o amenorrea. La amenorrea u oligomenorrea se observa en el 6-79% de las adolescentes deportistas. La prevalencia de las irregularidades del ciclo menstrual varía en función de la disciplina deportiva y el nivel de competición.  Aunque puede verse con la práctica de cualquier deporte, es más frecuente en los que prima la delgadez, tales como gimnasia rítmica, ballet o patinaje artístico.

Es útil pensar en la ingesta de calorías de un atleta en términos de «disponibilidad energética» que es la cantidad de energía consumida en la dieta menos la cantidad de energía utilizada durante el ejercicio. La cantidad de energía restante es la disponibilidad energética para llevar a cabo otras funciones corporales, como el crecimiento, el desarrollo y la reproducción.

Si bien algunas atletas pueden tener un trastorno alimentario, como la anorexia o la bulimia, muchas no cumplen con los criterios de los trastornos alimentarios o simplemente no saben cuántas calorías necesitan ingerir para compensar la cantidad de ejercicio que practican.

Densidad ósea

Las atletas afectadas por la tríada pueden tener una densidad ósea inferior a la esperada para su edad e incluso pueden ser consideradas osteoporóticas o en las primeras etapas de la pérdida ósea. Como resultado, la atleta puede experimentar fracturas por estrés. Mas importante aún, en las adolescentes atletas, que todavía están desarrollando hueso, puede que no completen un desarrollo normal, aumentando su riesgo de fracturas durante toda la vida.

Las posibilidades de fracturas por estrés aumentan proporcionalmente al tiempo en que la atleta haya sufrido de una ingesta inadecuada de calorías o de alteraciones del ciclo menstrual.

Factores de riesgo

Las atletas de élite, las de deportes que requieran de mucha resistencia o las que practiquen deportes más estéticos (como gimnasia o patinaje), tienen más posibilidades de desarrollar la tríada, pero en realidad puede afectar a cualquier deportista.

¿Cómo se trata la tríada de la atleta femenina?

Si sospechas de que tú o alguien que conozcas está afectado por la tríada debes concertar una cita con un médico deportivo o con el médico de familia para que te recomiende al profesional adecuado.

Por lo general, el médico practicará pruebas de laboratorio para evaluar la función hormonal y en ocasiones, la prueba de densidad ósea. Si existe sospecha de fractura por estrés, posiblemente una radiografía y/o una resonancia magnética.

La base del tratamiento de la tríada consiste en aumentar la ingesta de calorías para aumentar la disponibilidad energética. Se observan mejoras significativas respecto a la densidad ósea cuando aumenta la ingesta de calorías y el peso corporal, aunque la pérdida de la misma asociada con la tríada no siempre es recuperable.

Mejorando la disponibilidad energética también se restaura la función menstrual normal.

Un especialista en nutrición deportiva puede ayudar a la atleta a determinar las calorías que necesita consumir a diario y si faltan nutrientes esenciales en su dieta. Las atletas que sufran de trastornos alimentarios necesitarán además un tratamiento con un psicólogo o terapeuta especializado en trastornos alimentarios.

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