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Zapatillas minimalistas o tradicionales para correr

Publicado el 09 julio 2019 por Instituto Médico Arriaza

running

Hay muchos pacientes y medios de comunicación que periódicamente nos preguntan por el calzado ideal para correr. Y esto no tiene una respuesta sencilla: el ser humano está muy bien adaptado para la carrera. Muchos milenios de evolución llevaron a nuestro cuerpo a una excelente adaptación para las cargas mecánicas que plantea el correr, pero la posibilidad de escapar del frío, de evitar los cortes y heridas con los suelos irregulares o peligrosos, etc. llevaron a calzar los pies. A partir de ahí, se ha desarrollado una gran industria (con muchos intereses económicos, como es lógico) alrededor del calzado deportivo.

Actualmente hay un gran debate en torno al uso de zapatillas amortiguadas o el uso de zapatillas minimalistas. En muchos foros (sobre todo, en Internet, donde todo vale) se debate -a veces de manera muy encendida, tanto a favor como en contra- sobre este tema. Sin embargo, es una opción que está empezando a calar entre los corredores.

Hay gente que opina que correr descalzo es una locura, que lleva a multitud de lesiones; hay otra gente que defiende lo contrario, que la manera natural de correr es descalzos, haciendo uso de los mecanismos naturales de amortiguación del pie y del cuerpo, en lugar de confiar en un elemento externo (por muy amortiguado y mucha tecnología que lleve) que -además- no hay ningún estudio científico serio que demuestre que reduce la incidencia de lesiones entre los corredores.

Por supuesto que corriendo descalzo te podrías lesionar… De hecho, al principio es muy probable que haya pequeñas molestias por roces, sensación de «mazaduras», etc. Es algo que, como digo siempre, tiene que ver con la «dosis» (en este caso, de carrera) que empleemos. Tampoco quiero que se entienda que digo que todos deberíamos correr descalzos.

A lo que me refiero -y es una tendencia que cada vez va ganando más adeptos entre los corredores- es a que lo más importante para un corredor es la técnica de carrera, y no el calzado.

Igual que para un conductor lo importante es saber conducir y no el vehículo que lleve, o para un nadador lo importante es  dominar la técnica, no «pelearse» con el agua, y no el bañador o el gorro que utilice Lógicamente, para aquellos corredores que corren bien con zapatillas amortiguadas, que no tienen  lesiones o problemas  y que corren por mantener forma, desconectar, eliminar estrés, etc., no sería lógico cambiar. El cambio a calzado minimalista puede ocasionarles problemas que antes no tenían. Para los que empiezan a correr, lo mejor  es hacerlo muy poco a poco (independientemente del calzado) y no sería descabellado hacerlo con calzado minimalista. A largo plazo, no sabemos si se lesionarán incluso menos y -en lo que coinciden prácticamente todos los que lo han probado- correrán de manera más natural y mucho más felices.

Esto está cambiando, afortunadamente. Ahora ya  se está empezando a pensar que lo de correr descalzo o con calzado minimalista es una opción (aunque con muchos matices) que puede ser tan válida al menos como la de correr con calzado amortiguado. Probablemente, la mejor manera de aprender a correr más ligero, con menos impacto contra el suelo, es correr descalzo, y la manera de dejar de impactar con el talón es dejando de usar calzado amortiguado. Así de sencillo. Todos los que hemos corrido descalzos sabemos que automáticamente el cuerpo cambia el patrón de carrera: el que va descalzo muy raramente impacta con el talón, incluso aunque lleve toda la vida haciéndolo con las zapatillas. El cuerpo es muy listo, y escapa de manera automática del impacto dañino.

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