De manera general, calidad de vida se refiere al conjunto de condiciones que contribuyen a hacer agradable y valiosa la vida o al grado de felicidad o satisfacción disfrutado por un individuo, especialmente en relación con la salud y sus dominios.
Como seres sociales nuestra salud depende sustancialmente de un intercambio interpersonal favorable en términos de recompensas materiales o emocionales y de aprobación cognoscitiva. Por eso, la perspectiva sociológica de la calidad de vida nos recuerda que la persona individual no es el objetivo exclusivo de la medicina. La salud de las poblaciones es también un objetivo.
La definición más cercana respecto a calidad de vida es la de la Organización Mundial de la Salud, la cual plantea lo siguiente:
“La calidad de vida es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas e inquietudes”.
Existen indicadores para medir la calidad de vida y estos se dividen cinco áreas distintas.
Las perspectivas culturales, valores, expectativas personales y metas de lo que queremos de la vida, son parte de los indicadores.
1. Bienestar físico (con conceptos como la salud, seguridad)
2. Bienestar material (haciendo alusión a ingresos, pertenencias, vivienda, transporte, etc.)
3. Bienestar social (relaciones personales, amistades, familia, comunidad).
4. Desarrollo (productividad, contribución, educación) y
5. Bienestar emocional (autoestima, mentalidad, inteligencia emocional, religión, espiritualidad).
La calidad de vida orienta a un estilo de vida, donde permitan tener facilidades a una vida saludable que favorezca la existencia plena de todos. Dichos estilos de vida dependerán de un cuidado consciente de los recursos naturales que permitan que los seres que habitamos en este planeta, contemos con lo necesario para la existencia agradable y fortalezcamos en todos los valores sociales.
3 consejos para tener una buena calidad de vida
1. Obsérvate y analiza tus pensamientos y emociones.
Indaga cuáles son tus pensamientos habituales durante un día entero. ¿Son siempre positivos? ¿Son mayormente negativos? ¿Responden siempre a una lógica o están guiados por tus emociones y sentimientos? Ten en cuenta que las emociones positivas y los momentos prolongados en los que tengas un buen estado de ánimo, aumentarán tu calidad de vida y tu satisfacción. Si nuestros pensamiento y sentimientos no están dirigidos a conseguir ese estado de ánimo, intentaremos cambiar la forma de enfocar las cosas.
2. Atento a tu salud
Si desarrollas alguna enfermedad o no dispones de un estado de salud óptimo, tu calidad de vida se dificultará enormemente. Es por ello que tienes que adoptar un papel protagonista y realizar las actividades necesarias para promover tu salud física y mental. Tener una alimentación sana y equilibrada es por supuesto fundamental, al igual que realizar ejercicio de manera frecuente para mejorar el estado de tu cuerpo y prevenir problemas físicos.
También es fundamental un buen descanso pues descansar de forma adecuada te proporcionará múltiples beneficios físicos: sistema inmunológico, tensión arterial, frecuencia cardíaca, metabolización, etc. Y te permitirá alcanzar un estado mental de mayor tranquilidad y bienestar.
3. Evita conductas de riesgo
Promover tu salud con las actividades mencionadas anteriormente y descansar de forma adecuada no te garantizará disponer de una buena salud si no evitas las conductas de riesgo. Por tanto evita los hábitos tóxicos, el consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco u otras drogas.
Bibliografía
– Fernández-López, Juan Antonio, Fernández-Fidalgo, María, & Cieza, Alarcos. (2010). Los conceptos de calidad de vida, salud y bienestar analizados desde la perspectiva de la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF). Revista Española de Salud Pública, 84(2), 169-184. Recuperado en 02 de julio de 2020, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272010000200005&lng=es&tlng=es.
– Martha Nussbaum y Amartya Sen, ed. (1993). The Quality of Life, Oxford: Clarendon Press.
– Simón, M.A.(Ed.) (1999) Manual de Psicología de la salud. Madrid Pirámide.
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