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Cuidados para tu yeso o férula

Publicado el 12 junio 2019 por Instituto Médico Arriaza

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Los yesos y las férulas sirven para proteger los huesos y articulaciones que han sufrido algún tipo de daño o lesión. Cuando esto ocurre, el Doctor inmoviliza los huesos en un yeso o una férula hasta que cicatrizan. Estas son una serie de normas generales para su cuidado.

Mantenga la férula o el yeso secos.

La humedad debilita el yeso y además, tener una capa de algodón (la almohadilla que el médico pone bajo el yeso para proteger la piel) húmeda puede causar irritación cutánea. Coloque dos capas de plástico o -mejor aún- compre un protector impermeable en su Ortopedia para mantener la férula o el yeso secos mientras se ducha o se baña.

Recuerde que una escayola o yeso siempre va a ser incómodo, porque es antinatural.

Se trata de un “mal menor”, para tratar de mantener su fractura o articulación dañada inmovilizada mientras se produce la curación. En ocasiones puede evitar una intervención quirúrgica, pero nunca va ser algo cómodo. Aunque parezca duro, se trata de un material frágil, por su rigidez, y no debe ser golpeado.

No camine con la “bota de yeso” hasta que esté completamente seca y dura.

La fibra de vidrio tarda aproximadamente una hora en secarse, mientras que el yeso clásico necesita dos o tres días para endurecerse lo suficiente como para poder caminar. Aún así, utilice siempre un tacón o bota para escayolas y no apoye directamente el yeso en el suelo, para evitar que se rompa.

Mantenga el interior de la férula o del yeso libre de suciedad, arena y polvo.

No retire el almohadillado interior de la férula o yeso.

No utilice objetos como perchas o agujas de calcetar para rascarse la piel dentro de la férula o yeso.

No introduzca talco ni cremas bajo el yeso para aliviar el escozor de la piel. Si la picazón persiste, comuníqueselo a su médico. No arranque los bordes ásperos del yeso ni lo recorte sin consultar con el doctor. Todos los yesos tienen un borde, y suele ser incómodo.; recortarlo lo traslada de sitio, y puede hacer que deje de cumplir su misión de inmovilización adecuadamente.

Inspeccione la piel que se encuentra alrededor del yeso, si se pone roja o se irrita, comuníqueselo al médico.

Inspeccione el yeso regularmente. Si se agrieta o se ablanda, consúltelo con el doctor.

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